Nenúfares verdes de charca clara y ojos negros.
De encajes blancos adornas la fruta que no madura.
Y como Ninfa entre juncos, sueño tu almuerzo a deshora.
Dispensadora de bienes, me abrazo a tus laureles.
Pero es tu aliento quien me ignora.
Sin pretenderlo, me embriagas de nepenta y cornalinas, y no puedo salir.
Ribetes blancos en agua de anís.
Cipreses me aguardan, no vas a venir.
De encajes blancos adornas la fruta que no madura.
Y como Ninfa entre juncos, sueño tu almuerzo a deshora.
Dispensadora de bienes, me abrazo a tus laureles.
Pero es tu aliento quien me ignora.
Sin pretenderlo, me embriagas de nepenta y cornalinas, y no puedo salir.
Ribetes blancos en agua de anís.
Cipreses me aguardan, no vas a venir.